Creo que la música tuvo un origen divino, pues ésta empieza como forma de tributo, culto, agradecimiento a los dioses, de alguna manera los cantos e instrumentos musicales se relacionaron con los sonidos de la naturaleza, no necesariamente imitándolos, sino recreando sus propias vivencias, experimentando en su ser sus creencias o doctrinas. La sinseridad de su origen la convierten en un arte sagrado, no religioso, porque lo religioso está sujeto a los intereses perecederos del hombre y a sus costumbres pudiendo ser desvirtuados por la colectividad convirtiendose con el tiempo en vana repetición vacia propia de la tradición o el folklore.

El arte sagrado, por el contrario, está sujeto a lo divino y no a lo humano, por tanto es inmutable, inpersonal, limpio. la finalidad es mantener al grupo en una sola enseñanza, doctrina o fe, muestra el camino de transformación de la materia a espíritu con figuras diversas, sonidos que trasladan al hombre a un trance contemplativo. La perpetuidad del arte sagrado dependerá de la voluntad del hombre por sacrificar sus propios intereses por los de la colectividad. Antes el arte estuvo a cargo de los "ancianos", brujos o las personas que conducian los destinos del grupo. El hombre por naturaleza pretende perdurar en el tiempo, esto motivó a confiar el arte a alguien preparado para semejante diligencia, ya que el arte como elemento didáctico fue un elemento educativo, de enseñanza y ejemplo.

Hoy la música ya no tiene tiene un interés colectivo, cada vez se hace más individual, perecedera en el espacio y tiempo, construye fanatismos, "estrellas" eventuales, pasiones, etc. La letra de esta época nos habla del odio, venganza, sexo, libertinaje, engaño, suicidio, etc., antivalores que se inpregan en el inconciente de las personas. Hay un dicho que dice que "somos lo que comemos", pero el alimento no sólo ingresa por la boca, sino también por los ojos y oídos, es allí donde algunos grupos de intereses e influencia aprovechan para poder introducir ritmos, sonidos y letras que van en desmedro de una justa y mejor sociedad, más bien la enfocan en pro de una sociedad autodestructiva, cercenando para siempre los principios eternos guardados en nuestro ser que nos ayudan a buscar un camino espiritual. La música hoy en día no busca un camino espiritual, encuentra a cada paso la muerte de los valores y virtudes de la sociedad. El arte es profano en un ciento por ciento.

Es claro que hay raras excepciones, no todo el arte es profano, puede haber y hay música cristiana o religiosa pero por eso son sagradas.

La tarea es encontrar los principios eternos e inmutables que aún sobreviven en nuetra conciencia, rescatarlos del letargo al que han sido sometidos. Sólo eliminando esa costra de los ojos que nos impide ver la verdad podemos formar una nueva civilización, costra que se llama envidia, orgullo, fanatismo, gula, avaricia, resentimiento, etc., etc., etc.

A la muerte de un defecto nace una virtud.