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MI EXPERIENCIA CON LA ACUARELA

Publicado: 2011-09-17

(DANDO COLOR A MI CONCIENCIA)

Cansado pero conforme, exhausto pero vivo. He pintado ayer una acuarela de 70x50 cm. bajo la sombra de un molle desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde, me demoré en el dibujo ya que tuve como motivo la Catedral de Tacna vista desde la parte posterior en donde hay una plaza y un enorme molle que lo coloqué en un primer plano. Ya el pintado fue más fácil, pero aún así no quedé conforme porque el sol me llegó y me empezó a quemar, aparte que éste hacia secar rápidamente las pinceladas de color y fue difícil pintar al húmedo como quería.

Casi al empezar a desanimarme recibí una llamada de una amiga que se comprometió a venir, eso me animó un poco y me hizo calmarme pues alrededor mío ya se habían apostado como una docena de escolares de primaria mirando, hablando, pateando, gritando, preguntándome y yo “si, es la catedral”,  “si, es acuarela”, “si, si, si” teniendo que intercalar mis respuestas con “cuidado con el agua”, “no patees mi mochila”, “no metas la mano” “permiso, déjame ver”, etc., etc. No hay duda que la etapa de la niñez es una de las más hermosas que hay, pero que lleven su hermosura a otro lado cuando esté pintando: sería la gloria.

Sin marcha atrás, en mi  deteriorada diligencia alguien se apiadó de mí y me hizo sombra con su cuerpo, al volver la mirada atrás pude evidenciar a mi amiga, una niña, una mujer, la de la llamada. A partir de entonces la loquería de los niños quedó en segundo plano, ahora era sólo la acuarela y yo, me sentí casi como un niño. Terminé la acuarela recogí mis cosas y ella me ayudó con la mochila.

Al final cuando pareciera que todo se sale de control siempre hay alguien quien nos ayuda, a veces no lo vemos, no lo buscamos o no siempre llega cuando lo esperamos, pero llega. Llega en forma de una llamada o quizá con una palmada ligera de un amigo que de tiempo no veíamos, en la sonrisa sincera y humilde de un hijo, podría ser cuando en el trabajo estresante nos llega una carta de despido…

La ayuda que necesitamos siempre llega, pero estamos tan identificados con nuestros egoísmos e intereses que no vemos la ayuda, no sabemos aprovechar las bondades que la vida nos regala… las dejamos pasar. La solución a nuestros problemas no está en lo que queremos, porque esto implica soliloquiar en el futuro que aún no existe y la vida hay que vivirla hoy, en este instante, en el presente, de momento en momento. No importa que el mundo se derrumbe a nuestro alrededor si es que tenemos fe en que todo pasa y va quedando en el pasado que tampoco existe.

Cuando nos identificamos con el pasado o el futuro sufrimos. Dejamos estas penas cuando nos convertimos en habitantes del presente y todo lo demás nos vendrá por añadidura.

Me despedí de mi amiga que se llevó mis implementos aligerando mi carga, ella se iría a la casa y yo llegaría después unas diligencias que me faltaban hacer. ¿Quién más podría entender de mis pinturas que mi amiga, mi amante y esposa?

En algunas oportunidades me enceguezco y mi conciencia se duerme, pero a pesar de mi ceguera siempre encontraré el regazo que Dios oculta sabiamente entre las texturas de su creación.

Tacna, Setiembre 2011


Escrito por

reinaldo de la cruz

Nació en 1972, de niño trabajaba jugando y los ratos de ocio iba al colegio, hoy sigue jugando y es docente solo porque se tituló.


Publicado en

PRINCIPIO DEL ARTE

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